Grecia: De los Orígenes al Clasicismo

El escenario de la civilización griega no se limita a la propia Grecia y las islas adyacentes, sino que se extiende a las costas de Asia Menor, el sur de Italia y Sicilia. Grecia es un país pobre en recursos naturales, por lo que desde el inicio de su historia se impusieron la emigración en busca de mejores tierras y la fundación de colonias. En ese ámbito surgieron estructuras políticas nuevas y una cultura original.

Las culturas del Egeo

Los primeros elementos de lo que llamamos civilización griega aparecen en las islas Cícladas a partir de 2800 a.E.C., en la Edad del Bronce. La siguiente etapa es la brillante y avanzada cultura minoica, en la isla de Creta, donde los arqueólogos han excavado magníficos palacios (2700-1250 a.E.C.).

Este fresco cretense recoge una escena de tauromaquia, la celebración religiosa festiva más característica de la civilización minoica.

Hacia 1400 a.E.C., el centro de la cultura egea se desplazó a Micenas, una ciudad en la costa del Peloponeso. Los micenios no eran tan refinados como los cretenses, y se organizaron en ciudades Estado regidas por una aristocracia guerrera. Un episodio bélico menor suscitado por rivalidades comerciales, la "guerra de Troya", inspiró unas leyendas que recogió siglos más tarde Homero. El hundimiento del poder micénico, relacionado con la penetración de un pueblo indoeuropeo, los dorios, dio paso a la llamada Edad Oscura (1200-800 a.E.C.), en cuyo transcurso se fraguaron los rasgos definitorios de la Grecia clásica.

Ruinas del palacio de Cnosos, centro del mundo minoico.

La Polis

En el período que siguió, el llamado arcaico, se consolidaron instituciones tan representativas como las colonias y la polis. Esta última es la ciudad Estado, ya que Grecia no alcanzó la unidad política hasta mucho más tarde, cuando fue forzada a ello por Filipo y Alejandro. La polis comprendía la ciudad y su entorno, y estaba gobernada por un sistema representativo, en el que los hombres libres se reunían en asambleas. Los esclavos carecían de derechos, y no todos los habitantes de la polis tenían la consideración de ciudadanos, por lo que no todos estaban representados en la asambleas. Dos ciudades destacaron pronto en Grecia, con intereses contrapuestos: Esparta y Atenas. La primera era un Estado férreamente militarista y colectivista, cuya vida se sujetaba a una extrema austeridad: los arqueólogos no han podido encontrar vestigios de monumentos ni obras de arte atribuibles a los espartanos. Atenas, por el contrario, era una potencia marítima, basada en el comercio, el cultivo del olivo, el trigo y la vid, y en la explotación de minas de plata y canteras de mármol. Su prosperidad le permitió legarnos las mejores muestras del genio artístico y literario de Grecia.

Disco de Festos (Creta). La escritura de la cultura minoica no ha sido descifrada, pero se sabe que la lengua no es griega. Podría tratarse de un himno religioso.

CRONOLOGÍA DE GRECIA

Siempre en guerra

Pese a su falta de unidad y a sus continuas querellas, los griegos eran conscientes de su común origen y compartían una cultura y una lengua, esta con variantes dialectales notables. Para ellos, el resto de la humanidad lo componían "los bárbaros". La historia de Grecia es la de sus continuas guerras: los paréntesis de paz fueron breves y precarios, y siempre se registraba algún combate o bien una ciudad imponía por la fuerza su hegemonía sobre otras. Sin embargo, frente el enemigo exterior, los griegos supieron defender su patrimonio común.

La civilización micénica se asemejaba más al mundo oriental que al griego clásico.

Las guerras Persas

Cuando los Aqueménidas atacaron las colonias griegas de Jonia, en la costa asiática del mar Egeo (494 a.E.C.), de inmediato acudió Atenas en su ayuda. En 491 a.E.C., el persa Darío exigió la sumisión de toda Grecia e invadió el territorio, pero fue vencido por los atenienses en Maratón. Con Jerjes los persas organizaron en 480 a.E.C. otra gran expedición, con numerosos efectivos y una poderosa flota. Los espartanos fueron arrollados en las Termópilas, y Atenas fue ocupada y destruida. La población se refugió en las islas vecinas, y allí organizó una flota de naves ligeras que lograron acorralar a la escuadra persa entre la isla de Salamina y la costa del Ática, infligiéndole una derrota en toda regla. Un año más tarde, el ejército persa que había quedado en Grecia fue derrotado en Platea, y tras una última victoria ateniense en el mar, en Micala, los persas se retiraron y no volvieron a intentar extender sus conquistas a Europa.

Santuario de Delfos donde se venía a escuchar los oráculos del dios Apolo. Algunos santuarios, así como los juegos atléticos, se consideran instituciones panhelénicas, esto es, de todos los griegos.

Principales jefes griegos en las guerras persas

• Milcíades, ateniense, artífice de la victoria de Maratón.
• Leónidas, rey de Esparta, que cayó con sus 300 hombres en la defensa de las Termópilas.
• Temístocles, almirante de la flota ateniense, vencedor de Salamina.